El olor del alcanfor
Al anochecer
Hace el ramo de entrada.
Juego terminado
fingiendo romance
A una melodía bastringue.      
 
Girar los perros de barro
Saliendo de la trinchera
Capaz de mantener poca masa
Mientras cruje a través de la puerta entreabierta
Escarabajos que parten
Hacia la incógnita del deseo.      
 
ruido de caña
De camino a las vacaciones
el sol es tarde
En un tintineo de cristal
Para adornar con su presencia
Las brumas que se arrastran.      
 
unos años más
estilo americano
Sin embargo, nos enteramos
en la tarde
Después de posturas forzadas
Del colapso de la carne.      
 
ciclistas
Bajo su poncho encerado
Masturbándose en el pavimento imaginado
Mientras chupaba un alquitrán perfecto
discutió con sus dedos blancos
La aproximación al puesto de control.      
 
hoy no estoy llorando
beso en la frente
El niño sin poder
La anciana de la mirada helada
El anciano vacilante en busca de anteojos
lejos del juicio.      
 
Acercándose a la costa
Como un sentimiento sin memoria
en las garras de la pasión
yo dirijo el paraguas
Al estado de ánimo del día
Gracias a usted, por fatalidad.      
 
A lo largo de la carretera
mañana mojada
Siempre algunos caracoles
fresco
contenido floreciente
Con hierbas variadas.      
 
Él me gusta
En estos tiempos de frágil paz
Decidir por voz
La invitación a vender
Por un trozo de pan
Intercambiado entre buenos.      
 
Gracias de antemano
Tener en luz rubia
Blanquear el silencio
Con simpatía burlona
Para la textura de la piel relacionada
Prefieren ladrones a cortesanas.      
 
Di palabras de carretero
Con miel carmelita
facilita el trabajo
Al jugador equivocado
Cubierto de gomina
con toda modestia.      
 
De repente vino el Espíritu
Una donación incompleta
Una transacción venerable
Regatear
Incluso en la ventana
Obligarte a ti mismo de nuevo.      
 
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