pluma de vida en el hueco de la aulaga el sol se ha ido para que nazca la piel llena días felices. Escucha y calla cuando se para el abogado cerca de su pabellón contando las nueces de la subvención en negación de uno mismo. tomar y guardar para el día de la gloria ayudando salir de su guarida como un día en invierno pasar por los matorrales con labios espumosos. Sal por última vez de alegría y furia la yegua de la oficina de Caribdis a Escila ser pobre de uno mismo. Mi amor de aguas vivas no midamos nuestra risa como el prado salado de nuestra infancia la oveja del domingo son salpicaduras de acuarela. 796