el viento que entra

 el viento ardiente  
el viento que sopla
el viento que ríe
el viento que siembra
el viento impetuoso
invertido
y cavar el río
de un vórtice sombrío
mi alma es una piedra rodada
bajo la reja de arado
piedra convertida
revelando la miel de la tierra
frotando piedra
a lo que la piel roza
barriga hambrienta
del niño por venir
bajo el grito entregado
al final del ciclo
al final de las rosas
mordido por la escarcha
con adornos de pigmento
filas de bacanales
en la tabla de despegue de mi guarida
de mi entre nosotros
puerta abierta
que con un dedo abro de par en par
al viento que viene
al viento que sopla .


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