La serenidad

sólo permanece ahí, en su cuerpo, graciosamente. Respira el aire presente.

Y ver. Sentir que todo tu ser se disuelve ante esto que está frente a ti.

Y que importa si el limite entre yo y lo que me doy a ver va surgiendo, Moviente, desdibujado y luego pareciendo animado por una energía sin fuente ni destino.

durante largos minutos, esperar o no esperar, que importa si yo soy tanto el origen como el fin del mundo, y que el el tiempo late fuera del tiempo pasando una música tan insistente que superpongo mi pensamiento y mis palabras sobre el presente misterio.

Que solo la alondra me saque de este ensueño para decirme que es tarde y que tendré que irme a casa.

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