Arriba en la montaña en la cima de los árboles colgar las figuras de colores que las aves rapaces han dispersado. Al acecho cerca de rocas cubiertas de musgo a la fuente interior el lobo esta mirando hocico tembloroso. Levántate del valle la procesión de los humanos raspando de sus zapatos tachonados los guijarros del ferrocarril. Deteniéndose en el claro dejan la carga este cuerpo muerto sobre un tronco de haya roto. Las canciones se levantande la otra vez en otro lugar y hoy matrimonio de sonidos guturales y quejas leves como un final de amor creciente. sobre el bosque la estrella solar explota alejando las nieblas de la mañana endereza las fuerzas inversas. es hora de ponerse a trabajar para poner las gotas de rocío en el follaje luego encender el fuego de la fertilidad floreciendo hasta el infinito.