Goteo en la puerta

 

 Goteo en la puerta
 un gemido en la entrada
 un angel entre las tablas
 pasar un trozo de ala
 luego retírelo
 en suspenso ser
 el niño sabio del entresuelo
 que un empujón mandó a volar
 en la bodega del barco negrero.
  
 Tan pobre tan sucia tan tierna
 que no pudimos escucharlo en el puente
 en la dura luz de la mañana
 labio seco
 en el despliegue de las velas
 un chasquido brusco
 luego otro
 en el agrandamiento de las heridas
 que la sal era cauterizante.
  
 Mantengo a mi hermana del Danubio
 con gritos resonantes
 tal trompeta en abundancia
 a través de los tramos de la fuente
 con perchas de cuero de marca
 lejos de las lágrimas crecientes
 a merced de los despreocupados
 preludio a la alternancia
 aletas de cristal desplegadas listas para volar.
  
  
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