De noche en la plaza notas grises al amanecer la rosa florece dedos del alma espíritu ministrador al canto de un gorrión sin crujir la grava en cris et rodomontades cazar brazadas desde lo altocampanarios elevado a siglos de miseria de nuestros antepasados cubiertos de un afloramiento de tierra cestas de mimbre arriba de la fuente cestas llenas de sábanas secado en el gran alambre de Pradou cuyo palo en el medio apoyó el sonido de los cascos metrónomo de mis palabras tan pronto como pasó el cerezo en el orden del día de un amor oso de peluche lloroso.